Por la Asociación para el Desarrollo de la Permacultura, Tenerife, ganadora de la quinta edición del premio nacional Huertos Educativos en la categoría de Agricultura Social.

La finca comenzó su andadura permacultural en 1996, a partir de un curso de permacultura impartido en la isla. Esta fue la caja de herramientas que encauzó las inquietudes del impulsor del proyecto, Javier Reyes Barroso. La idea del proyecto surge al coincidir la finalización del curso con la disponibilidad de un terreno de una hectárea en Tacoronte (Tenerife), la Finca El Mato Tinto.

La finca se convierte a partir de 2001 en la base de operaciones de la Asociación para el Desarrollo de la Permacultura constituida ese año. Esta es declarada de utilidad pública a nivel estatal 10 años más tarde, en marzo de 2011, Buena Práctica del Programa Hábitat de la ONU en 2012, y de interés público de Canarias en enero de 2018. Una asociación cuyo objetivo básico esfomentar los principios de la permacultura: cuidado de la tierra, cuidado de las personas y repartición equitativa de los recursos. 

Finca Mato

Mediante la observación de los ecosistemas naturales diseñamos sistemas de producción que responden a las necesidades humanas restaurando y protegiendo el medio. Ello significa hablar de la permacultura como un sistema de diseño que integra plantas, animales, paisajes, construcciones, tecnologías y asentamientos humanos en sistemas armónicos y simbióticos, estableciendo una rica diversidad para lograr la estabilidad y resistencia de los sistemas naturales, y un mayor potencial para la sostenibilidad económica a largo plazo.

Dicho objetivo lo abordamos desde varias perspectivas:

  • la valorización de la producción agroecológica local (así, con una superficie agraria útil de algo de más de 3.000 m2, de los 10.000 m2 con los que cuenta la finca, alimentamos semanalmente a una media de 35 familias con cajas de 6 kg de peso con 21 verduras, hortalizas y frutas diferentes);
  • la conversión de residuos del entorno en recursos para la finca a través de una red cercana de 53 empresas colaboradoras;
  • la inclusión social de personas con enfermedad mental de larga duración utilizando la permacultura como terapia y rehabilitación;
  • la formación a distintos niveles.

Una experiencia que, si bien tiene como centro neurálgico la finca, su área de influencia va más allá de esos límites gracias a la red que se ha ido tejiendo a lo largo de los últimos 23 años.

La finca se convierte en el laboratorio donde poner en funcionamiento las herramientas adquiridas, un laboratorio que toma como referencia los patrones de la naturaleza a través de una intensa labor de observación y reflexión, transformando la finca en sustentable desde el punto de vista económico, social y ambiental, y revirtiendo sus beneficios a la comunidad.

Hablamos de una forma de vida conectada a la naturaleza que al mismo tiempo que nos proporciona alimentos sanos y calidad de la vida, colabora en un mayor nivel de resiliencia agroecológica y en la adaptación y mitigación al cambio climático.

El proyecto se consigue ir creando a través de un diseño previo en permacultura donde se integran talleres con los animales que sirven de potente terapia, jardines y bosques comestibles, bioconstrucción, energías renovables, gestión de semillas, creación de depuradoras naturales para la gestión del agua, red de recursos orgánicos locales, creando cercanía no sólo en relación con la terapia sino también en relación a una alimentación sana a través del cultivo de suelo y agua.

Desde 2002, nuestra Asociación mantiene una amplia actividad formativa en la finca con diferentes ámbitos de aprendizaje: educación primaria, secundaria, universitaria, formación profesional reglada y no reglada, actividades formativas con las administraciones públicas, formación de campesino a campesino y campesino - experto.

Podéis conocer todos los detalles de nuestras actividades en: www.permaculturatenerife.org.