Por María José López y Víctor Blázquez miembros del equipo del proyecto Área Verde de la organización CEOM – Asociación para la integración de las personas con discapacidad intelectual, de Murcia.

Los comienzos son difíciles en un programa de formación profesional de la modalidad especial, alumnos y profesores frente a frente, dos partes desconocidas entre sí. Algunos de ellos se acercan por primera vez al paradigma de la discapacidad, y otros al de su propia discapacidad.

Hábitos disruptivos bastante arraigados a lo largo de la trayectoria educacional de los alumnos, cada uno con una mochila distinta llena de vivencias, problemas familiares, académicos, que no facilita la interacción entre alumno y profesor. Alumnos con experiencias que les hacen más reacios a la participación, con expectativas muy bajas sobre el proceso educativo y sobre su propio desarrollo personal. Profesorado descubriendo al grupo, sus intereses, sus potenciales, su zona de desarrollo próximo, sus aprendizajes más significativos que integren las vivencias en sus experiencias más cotidianas.

El paso de los meses rompe estereotipos, estigmas y prejuicios, haciéndose más fácil todo. Mayores autoestimas en el alumnado y en el profesorado, cada uno en sus funciones. El protagonismo, el reconocimiento social, nos hace sentirnos útiles en esta sociedad, seres válidos. Todo esto forma parte de Área Verde, proyecto social basado en la metodología de aprendizaje-servicio con una finalidad particular. Construir “zonas de cultivo educativas y sociales con fines terapéuticos, educativos y rehabilitadores, en entidades sociales y educativas”.

El huerto, un beneficio para todos

El alumnado, compuesto por personas con discapacidad y otras derivadas por los Equipos de Orientación (sin certificados de discapacidad, pero beneficiarios de adaptaciones curriculares significativas) del Programa Formativo Profesional del perfil “Actividades Auxiliares en Mantenimiento e Instalación de Viveros y Jardines” es el máximo responsable del diseño, instalación y mantenimiento de estas zonas de cultivo. El giro es notorio. De ser sujetos de ayudas, se convierten en promotores de una serie de actividades reconocidas ya por diferentes entidades por sus valores dentro de la agricultura social y la colaboración interasociativa.

Área Verde es un apoyo mutuo entre dos entidades. Sin la colaboración de una no hay beneficio para la otra y esta es la fuerza del proyecto. Equipos motores multidisciplinares y heterogéneos donde los beneficios son bidireccionales.

Esta iniciativa ha logrado llevar la agricultura a entidades que no contemplaban este servicio por las características físicas y arquitectónicas de sus entidades, logrando resolver las dificultades mediante diseños alternativos a los cultivos tradicionales, con soluciones verticales, en altura, etc. que permiten la instalación de sus propias áreas verdes.

Murcia es una región de agricultores, de campesinos, dedicados a la tierra de sol a sol, por lo que las entidades que acogen a nuestros mayores a través de servicios de “Centros de Día”, residenciales, etc. con población envejecida, con demencias significativas, son uno de los sectores que más ha valorado la introducción de estos espacios en sus instalaciones, ya que ha supuesto un despertar de su pasado, de su historia, evocando sus años pasados y su conexión a la tierra.

El primer centro que brindó la oportunidad de colocar la primera piedra del proyecto fue el Centro de Día Municipal de

El huerto, un beneficio para todos

Personas Mayores de Mula, un pequeño municipio de la Región de Murcia.

Carmen Pastor, psicóloga y coordinadora de centro nos cuenta agradecida que “la implantación de un huerto en sus instalaciones ha sido una oportunidad, teniendo múltiples beneficios a nivel emocional y mejorando el estado de ánimo de los participantes, entre otros. Ha servido para establecer y mantener relaciones sociales con otros compañeros del centro y con los alumnos del programa de formación, creando un sentimiento de utilidad que repercute en la mejora de su autoestima. También les ha proporcionado estimulación psicomotriz y sensorial con las pequeñas tareas básicas de cuidar el huerto: regar, quitar las malas hierbas, tocar la tierra, ver crecer las plantas con la satisfacción que con todo ello conlleva. En general, todo esto se resumen en un incremento en el bienestar de los usuarios y en su calidad de vida que es el principal fin de los centros de día para personas mayores”.

Para más información sobre este proyecto podéis dirigiros a : http://areaverdeproyecto.blogspot.com/