En nuestro huerto tenemos 3 bancadas de plantación, un invernadero, un estanque, un jardín de flora auxiliar y un pequeño jardín de aromáticas y bulbos.
Cada grupo de edad (3, 4 y 5) es responsable de una bancada y de las zonas comunes y los más pequeñitos de 2 años participan en el jardín de hierbas aromáticas.
Ser responsables de las bancadas implica: preparar la tierra, crear semilleros, cultivar diferentes plantas, su observación, cuidado y recolección. De esta manera no sólo fomentamos un cultivo responsable, la utilización de los recursos de una manera sostenible y una actitud respetuosa con el medio ambiente, sino que además nos sirve como hilo conductor y punto de partida para trabajar numerosos proyectos.
En nuestro caso hemos utilizado la huerta como laboratorio científico para observar, plantear hipótesis y experimentar con la luz, el agua, el aire y la función de los insectos y de otros animales en nuestro entorno. A continuación os contamos algunas de estas actividades.
Los insectos y otros animales: cuando preparamos nuestra primera bancada, utilizando el método de cultivo en acolchado (ya que no necesita maquinaria ni mover la tierra), nos encontramos la primera oportunidad de observar la importancia de los insectos y otros animales en nuestro huerto. Comprobamos con sorpresa el increíble trabajo que realizaron en 4 meses transformando una tierra dura, de mala calidad, en un huerto fértil, así como la importancia que tienen para el control de plagas sin necesidad de ningún producto químico. Para favorecer este equilibrio ecológico vimos la conveniencia de añadir un jardín de flora auxiliar y un pequeño estanque.
Ciencia: durante el curso, los de tres años realizan experimentos en torno al agua, los de 4 sobre el aire y los de 5 en torno a la luz. El huerto es un lugar excepcional para observar y experimentar con estos tres elementos.
- Agua: experimentamos con el agua, conocemos sus ciclos, la dependencia que los seres vivos tenemos de ella y por lo tanto la importancia de un uso responsable de ésta.
- Luz: certificamos la necesidad que tenemos los seres vivos de la luz, así mismo observamos diferentes fenómenos que se producen con la misma como la fotosíntesis, las sombras, el arcoíris, etc.
- Aire: al igual que sucede con la luz y el agua, comprobamos la importancia que tienen para la vida de las plantas y como éstas ayudan a conseguir un medio ambiente más limpio.
Con estos sencillos experimentos conseguimos observar los elementos del medio físico natural para entender su función y la influencia recíproca con todos los seres vivos. Pero, esta metodología basada en la investigación ha supuesto, sobre todo, que el huerto se convierta en un centro de interés motivador para poder trabajar mediante proyectos las diferentes competencias establecidas en el currículo.
En el huerto fomentamos las ganas de aprender.