En este artículo mostramos algunos pasos básicos, útiles para diseñar un huerto ecológico desde cero. La labor durante el curso de estudiantes y profesores convertirá este espacio en una herramienta educativa que fomenta el respeto ambiental, conciencia sobre un consumo responsable y una alimentación sana y promueve el trabajo en equipo y el compañerismo.
En ocasiones pueden existir limitaciones de presupuesto que nos impiden poder ponerlo en marcha o hacer las mejoras que nos gustaría. Por eso desde la Fundación Triodos facilitamos la posibilidad de obtener financiación a través de nuestra plataforma de crowdfunding para la puesta en marcha o la incorporación de mejoras en un huerto ecológico, así como para apoyar a otros proyectos.
Por otro lado, las características del terreno del que se dispone marcará la planificación de un tipo u otro de siembra. Si no existe un terreno adecuado, se pueden utilizar todo tipo de materiales reciclados para crear un huerto alternativo y original.
Destacamos algunos pasos básicos:
Preparar el suelo para la siembra (laboreo): Preparar el suelo es el primer paso, y fundamental, para asegurar que nuestra siembra va a tener éxito. Lo primero que debemos hacer es actuar sobre la tierra realizando las siguientes actividades:
- Eliminar las adventicias (o mal llamadas malas hierbas) mientras preparamos el terreno para la siembra. También se tendrán que retirar durante el cuidado del mismo, ya que continuarán saliendo a lo largo del cultivo.
- Acomodar el suelo eliminando las piedras.
- Airear la tierra: conviene que la primera capa de tierra esté siempre más suelta
- Allanarla para dejarla preparada para la siembra.
- Realizar surcos para colocar las semillas con espacio entre ellas, según las necesidades que de cada planta.
- Fertilizar la tierra utilizando abonos orgánicos (como el compost).
- Humedecer el suelo.
La forma en la que se prepara el suelo se encuentra condicionada por la selección de plantas y hortalizas que se vayan a cultivar.
Herramientas básicas para comenzar:
- Azada: para cavar y desmenuzar la tierra, levantar surcos y limpiar hierbas no deseadas.
- Rastrillo: para remover y alisar el suelo, recoger hojas secas y desmenuzar la tierra.
- Pala: para remover, voltear y airear la tierra y el compost.
- Carretilla: para transportar tierra, arena, basura, piedras y abono (compost).
- Mangueras o regaderas: para el riego.
- Guantes de jardinería: para trabajar con las herramientas.
Una buena limpieza después de cada uso ayuda a mantener las herramientas en buen estado y a prolongar su vida útil.
Escoger las semillas y plantones de temporada: Escoger las semillas correctamente es fundamental, ya que determinarán el desarrollo y crecimiento de la planta. Para alcanzar todos los objetivos de un huerto ecológico y conectar con la tierra y las tradiciones de cada zona, debemos usar variedades locales que, además, se adaptan mejor al suelo y ayudan a la conservación de la biodiversidad. Existen calendarios de siembras que ayudan a saber qué cultivar en cada época.
Seleccionar donde plantamos: Para seleccionar adecuadamente el lugar en el que crearemos nuestro huerto ecológico tenemos que escoger un lugar ventilado, que disponga de mucha luz y con acceso al riego. Hay que tener en cuenta también el clima de la zona y su temperatura, iluminación, humedad ambiental, aireación…etc. Cada una de esas variables influirá de una manera u otra en nuestros cultivos. A su vez, hemos de tener en cuenta dónde plantamos cada hortaliza de forma que las más grandes no tapen a las pequeñas. Es recomendable también que el huerto no se encuentre demasiado cerca de árboles que puedan quitarle la luz y los nutrientes del suelo que necesita. La sombra es importante pero es fundamental calcular qué partes estarán a la sombra a lo largo del día y durante cuánto tiempo, ya que algunas hortalizas no crecen igual si les da mucha sombra y otras en cambio no se desarrollan si les da el sol.
Realizar asociaciones de cultivos: Consiste en plantar de forma conjunta distintos tipos de cultivos de forma que se beneficien entre sí en la captación de nutrientes, en el control de plagas, así como de otros factores que ayudan en la productividad agrícola. Por ejemplo, asociar el cultivo de frutas y hortalizas con plantas aromáticas y florales hace que se alejen las plagas e incluso atraen insectos que favorecen el control biológico. También es recomendable combinar cultivos que tengan diferentes etapas de crecimiento para que no compitan entre sí, o distinta profundidad de enraizamiento. Por otro lado, la rotación de cultivos ayuda a combatir las plagas y adventicias, evita que el suelo se agote y mejora el drenaje y la aireación del mismo. De esta forma se asegura la fertilidad del suelo a largo plazo.
Riego: Es imprescindible disponer de una toma de agua cerca para regar los cultivos. Los horarios, la cantidad de agua así como la frecuencia del riego dependerán del tipo de huerto que tengamos y de la época del año, pero siempre debemos mantener la tierra bien hidratada. También hay que tener en cuenta que no todas las plantas tienen las mismas necesidades de agua, por lo que será importante saber qué cantidad requiere cada una y colocar en una misma zona aquellas que tengan las mismas necesidades.
El curso escolar está a punto de comenzar. Esperamos que este artículo os anime a empezarlo creando vuestro propio huerto educativo ecológico. Compartimos además un manual muy detallado que os puede servir de ayuda, así como otros enlaces con materiales de apoyo.
Por otro lado, en la página de Huertos Educativos podréis leer las experiencias de numerosos centros en torno al trabajo de un huerto y los beneficios que implica en estudiantes y otros usuarios. Animamos a todas aquellas personas que innovan y se esfuerzan para mejorar la educación a través de un proyecto de huerto ecológico a enviarnos y compartir igualmente sus experiencias con toda la comunidad.