Por Salud Molina y Avelino Carrascosa docentes del colegio concertado de educación especial Luís Pastor. APROSMO. Motril, Granada.

En el centro desarrollamos nuestra labor docente en el ámbito de jardinería y horticultura desde hace 25 años, siempre con alumnos discapacitados físicos y psíquicos.

Durante todo este período,  hemos descubierto que nuestro proyecto tiene una clara sintonía con las semillas:

1º- Se comienzan a crear los huertos e instalaciones para realizar las diferentes actividades que configuran el proyecto: el paralelismo es la semilla – alumnos.

2º- Se procede a realizar los diferentes cultivos que requieren mantenimiento, riegos, cuidados: el paralelismo es la siembra y germinación – aprendizajes cognitivos y emociones.

3º- Se retiran las malas hierbas y se vigilan las plagas que puedan dañar las cosechas: el paralelismo es combatir sin pesticidas – gestionar los conflictos con asertividad, transformando los estímulos negativos en metas y propósitos de superación personal.

Nuestro proyecto de huerto ecológico tiene un claro enfoque holístico, parte de que cada ser es único e irrepetible, pero al mismo tiempo está intrínsecamente relacionado con todo lo que le rodea. Se trata de una visión creativa e integral, una totalidad entre el hemisferio izquierdo del cerebro (lógico, analítico y racional) y el hemisferio derecho (imaginativo, intuitivo, creativo y emocional).

Nos hemos empeñado en que nuestro proyecto vaya más allá, sin menospreciarlo, del aspecto cognitivo y aborda también el aspecto emocional.  Trabajamos la inteligencia emocional tratando que los alumnos se conozcan a sí mismos y de esta manera conseguir que se sientan bien consigo mismos (inteligencia intrapersonal) y con los demás (inteligencia interpersonal).

¿Cómo se puede usar la naturaleza como medio para que los alumnos se conozcan a si mismos?

Para empezar, nosotros escuchamos música para relajación con elementos sonoros de la naturaleza: agua, arroyo, pájaros, viento, oleaje… y pedimos al alumno que escuche sin hablar, con los ojos cerrados, tumbado o sentado.
Volvemos a escuchar el audio que dura un par de minutos y ahora, en esta segunda audición, pedimos al alumno que vaya controlando la respiración y que intente imitar los sonidos con el movimiento, por ejemplo: cada vez que surja el elemento pájaro que abra los brazos y finja el vuelo, cuando surja el elemento agua, que mueva la cabeza según considere el movimiento del agua etc.

El resultado es muy terapéutico, los jóvenes se relajan y aprenden a gestionar sus emociones.
Cuando los alumnos ya han adquirido técnica, lo ideal es enseñar estas habilidades en la escuela en situaciones reales, no fuera del currículum, mediante las actividades que se llevan a cabo en cada una de las áreas en todos los niveles educativos.

Nuestro proyecto al que llamamos “Red Infusión de Valores”, nos permite desarrollar todas estas habilidades mediante las tareas de huerto, jardinería y horticultura, donde los jóvenes aprenden interactuando en y con el medio: manipulan, observan, reflexionan, desarrollan la atención, la concentración, la memoria, la percepción, la coordinación viso-motora, la motricidad fina y gruesa, las sensaciones mediante el contacto con texturas, aromas, colores, contrastes etc.

Todo esto es muy importante para el abordaje de las inteligencias múltiples, las emociones y los valores.