El voluntariado corporativo genera efectos multiplicadores. Un programa bien estructurado se convierte en un factor de competitividad e innovación, a la vez que fortalece la cultura organizacional y la cohesión interna.
Durante algunas horas de su jornada laboral las personas voluntarias se implican en el desarrollo de comunidades locales o en el apoyo a colectivos en situación de vulnerabilidad. Esa participación refuerza su compromiso con la responsabilidad social y con el propósito de la organización.
Los beneficios son tanto inmediatos como a largo plazo:
- A corto plazo, la satisfacción personal, la contribución directa a una causa social o la mejora del entorno, entre otros.
- A largo plazo, el crecimiento personal, el fortalecimiento del clima laboral, la conexión con la misión del banco y una mayor fidelización de la clientela.
